Las cuevas del diablo están excavadas en el propio corazón de la montaña, atravesandola con un largo túnel. Fueron hechas en el año 1905 con la finalidad de utilizarlas para corrales, palomares y alacenas.
Desde hace unos años están restauradas con una gran cantidad de antigüedades formando una exposicíón y además desde ellas se puede observar la ladera del río Júcar.

El trabajo hecho en la piedra pasa a ser arte y también através de estas cuevas se pueden llegar a otras llamadas cuevas de Garadén.
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